lunes, 28 de noviembre de 2016

COMO LEER A UNA PERSONA COMO UN LIBRO

COMO LEER A UNA PERSONA COMO A UN LIBRO


•Expresiones faciales, incluyendo la frente, las cejas, los ojos, la nariz, la boca, la barbilla y la mandíbula.

• La posición de la cabeza.

• La posición de la espalda y los hombros.

• Los movimientos de los brazos y las manos.

• Los movimientos de las piernas y los pies, incluyendo el andar.

• Cambios en el tono de la voz y otros sonidos, como al aclararse la garganta.

• Variaciones de todo lo anterior mientras progresa la interacción.






Las personas tienden a establecer mayor contacto visual mientras escuchan que mientras hablan. Cuando estamos prestando mucha atención a lo que una persona nos está diciendo, es más probable que la estemos mirando mientras habla, especialmente a los ojos. Esto no solo nos ayuda a nosotros a comprender mejor lo que está diciendo, sino que también sirve como un claro indicador, a la persona a quien estamos escuchando, de que nos interesa la conversación. Pero cuando estamos hablando nosotros, es más probable que miremos a nuestro alrededor o que fijemos la mirada en un punto muerto para poder visualizar mejor lo que estamos describiendo con nuestras palabras.
Las personas establecen contacto visual con los demás entre un treinta y un sesenta por ciento del tiempo. Cuando el contacto visual entre dos personas supera este porcentaje, o están enamorados o están dispuestos a pelearse.


En América del Norte, la gente generalmente prefiere mucho contacto visual, mientras que en otros países esto se considera un intento de ser dominante y un gesto de mala educación. En algunas culturas se entiende que es inapropiado que las mujeres establezcan contacto visual con hombres que no son de su familia, mientras que en otras culturas una mujer que establece contacto visual es considerada una prostituta.


Generalmente, una persona más extrovertida no tendrá problemas con el contacto visual, mientras que alguien más tímido demostrará menos contacto visual.
Si a una persona se le hacen preguntas que la ponen incómoda o insegura de cómo responder, tenderá a evitar el contacto visual. En casos en los que una afirmación o pregunta la pone nerviosa o le molesta, generalmente aumentará su nivel de contacto visual.


Cuando una persona está observando o mirando fijamente, sus ojos se quedan quietos y se fija en una sola cosa. Normalmente, nuestros ojos vuelan por toda la habitación, tomando nota de lo que nos rodea. Cuando nuestros ojos descansan sobre una persona o un objeto específico durante más tiempo de lo normal, esto indica un inusual nivel de interés por ese objeto o persona. Si un individuo está enfocado sobre el objeto que está mirando, sus ojos estarán alerta. Esto significa que está pensando o analizando el objeto. Si la persona tiene una mirada lejana o vidriosa en sus ojos y no parece estar mentalmente presente, lo más probable es que esté soñando despierta y no se dé cuenta de lo que tiene delante.


Cuando una persona levanta la cabeza, está probablemente pensando o intentando recordar algo. Esto puede ser así porque se trate de un pensador visual que está intentando formarse una imagen en la cabeza. Mirar hacia abajo puede ser una señal de sumisión, o puede indicar que la persona se siente culpable de algo. Si un individuo mira hacia un lado, ten en cuenta que probablemente está contrariado. Esto también se puede interpretar como un intento de escaparse de la conversación o de buscar algo que lo distraiga.



La dilatación y la contracción ocurren durante momentos de excitación; cuando alguien se siente atraído por determinada persona o alguna cosa, las pupilas podrían dilatarse. La contracción puede suceder cuando alguien está enfadado, duda o te lanza una “mirada láser”.
Presta especial atención a la tasa o frecuencia de parpadeo de las personas con quienes hablas para establecer su nivel “normal”, así como el parpadeo reducido y el parpadeo acelerado. Observa cómo las cosas que dices y haces afectan a esta tasa. Haz esto durante bastante tiempo antes de agregarlo a la mezcla cuando intentes juzgar las intenciones de alguien.

Generalmente se entiende que si alguien está mintiendo, parpadeará más rápidamente de lo normal. Una lenta tasa de parpadeo podría significar que la persona está intentando procesar lo que se le dice, o simplemente que no está prestando atención. Por esta razón es imprescindible fijarse en todas las expresiones y en todos los gestos de un individuo.

Unos párpados caídos, por ejemplo, pueden significar varias cosas, así que es importante usar la situación para decidir mejor si la persona está cansada, aburrida, deprimida, perezosa o coqueteando. Unos ojos muy abiertos suelen significar que la persona está interesada y prestando atención, aunque si los ojos están demasiado abiertos, el individuo probablemente se halla o sorprendido o teme algo. Cuando no tienen como causa una luz brillante, los ojos entrecerrados indican que la persona o está evaluando lo que se le está diciendo o no se fía (figura 2.6). Cuando se dan con una amplia sonrisa, los ojos entrecerrados también pueden ser señal de que la persona está feliz y alegre.

Las cejas son muy expresivas y pueden ser utilizadas para comunicar muchas emociones distintas. Cuando alguien alza solo una ceja, suele ser a propósito y está expresando incredulidad, como si preguntara: “¿De veras? ¿Estás seguro de lo que dices?”. Dos cejas alzadas puede ser señal de sorpresa, y a veces la persona las alza para indicar que se le está haciendo una pregunta. Observa con qué frecuencia alza las cejas cada vez que dice las palabras cómo, cuándo, por qué, y dónde. Este es un factor clave para determinar el nivel de sinceridad de la persona. Las cejas fruncidas –juntas en el medio de la frente, generando arrugas– pueden indicar una profunda concentración, ansiedad, cabreo o frustración.
Si una persona dilata las aletas de la nariz, prepárate para luchar. La dilatación de las aletas es la manera mediante la que el cuerpo obtiene más oxígeno mientras se prepara para una confrontación. Una nariz arrugada suele indicar disgusto –desde una leve desaprobación hasta una sensación de repulsión. Arrugar la nariz significa disgusto por algo externo, como una afirmación que otra persona ha realizado, pero también puede significar que el individuo está pensando en algo y que no está satisfecho con sus propias ideas.



Existen muchos tipos de sonrisas. Entre las sonrisas sinceras, las tres más comunes son la sonrisa sencilla, la sonrisa superior y la sonrisa amplia. La sonrisa sencilla, practicada con los labios cerrados, la ofrece principalmente alguien que desea reconocer ante los que le rodean que está bien y/o contento con la situación. En la sonrisa superior, se nota la parte superior de los dientes incisivos, y normalmente existe contacto visual entre los individuos. Esta sonrisa se suele usar como un saludo entre amigos, familiares y apreciados compañeros de trabajo o conocidos de negocios. En tercer lugar, una sonrisa amplia suele observarse durante, y se asocia con, la felicidad y la alegría. En la sonrisa amplia, quedan expuestos los incisivos inferiores. El contacto visual no se da en este caso, simplemente porque durante esta sonrisa la cabeza suele estar inclinada hacia atrás. “Sonrisa oblonga” aquella que la gente suele utilizar cuando siente que debe ser cortés, pero sin experimentar la alegría o la felicidad que acompaña a una sonrisa sincera. En esta expresión, los labios se retraen de los dientes superiores e inferiores.



Una sonrisa auténtica se puede distinguir de una sonrisa falsa por las arrugas que se forman alrededor de los ojos. Cuando una persona tiene “ojos sonrientes”, normalmente está siendo sincera.



A menudo, el puchero se usa para demostrar descontento, decepción o frustración, pero la misma expresión puede revelar interés sexual. El puchero se puede usar de broma o en serio, pero suele estar dirigido a manifestar un ligero descontento, sin llegar a una reacción exagerada de enojo. No obstante, también es una expresión asociada con la inmadurez, así que debe usarse con cuidado, pues mucha gente podría irritarse al ver a alguien haciendo pucheritos.



En este sentido, los labios fruncidos suelen indicar que la persona está enojada. De hecho, existen unas cuantas posiciones de los labios que se pueden considerar “fruncidos”. En una, los labios superior e inferior se aprietan juntos, como en un cabreo controlado. En otra, los labios se aprietan por todos los lados, haciendo que la boca parezca más pequeña y tensionada. Cualquiera de estas posiciones demuestra que la persona está intentando suprimir su enojo o reprimiendo hacer un comentario. Cuando las esquinas de su boca se hunden y los labios se fruncen, se indica que se está triste o descontento.



Lamerse los labios se considera generalmente una señal provocadora o sexual. Si estás coqueteando con una persona y esta se lame los labios, ya sea intencionada o subconscientemente, es muy probable que haya pensado en darte un beso. Pero esto no siempre es así. Mucha gente tiende a mojarse los labios sencillamente porque los percibe demasiado secos.



El hecho de que una persona se muerda los labios normalmente indica que está ansiosa, incómoda, frustrada o avergonzada por alguna razón. Morderse los labios también puede indicar que la persona está perdida en sus propios pensamientos. Aunque este gesto es considerado una señal de inseguridad y a veces de inmadurez, mucha gente se mordisquea los labios sin percatarse de que lo está haciendo. Si la boca le tiembla, la aprieta o frunce, te está dando una clara señal de que está en desacuerdo contigo –diga lo que diga su expresión facial en general.



Apretar los músculos de la mandíbula es como hacer de la cara un puño, e indica enojo “controlado”. Apretar los dientes también es una señal de que alguien está intentando mantener el control, a pesar de su posible resentimiento o irritación. Aunque la boca permanezca cerrada, esta actividad se hace evidente al apretar o flexionar los músculos de la mandíbula superior. Por su parte, hacer sobresalir el mentón, como lo haría un niño pequeño cuando se propone desobedecer a sus padres, indica desafío.



Las microexpresiones –versiones reducidas de las expresiones faciales que hemos considerado en este capítulo– se producen solo durante un breve instante y son esencialmente involuntarias. Suelen aparecer cuando alguien está intentando ocultar sus verdaderos sentimientos. (BUSCAR)
Las partes de la cara que mejor revelan los verdaderos sentimientos –no necesariamente las emociones que la persona quiere comunicar– son los ojos, las cejas y la boca.



Un apretón de manos firme y seco suele ser considerado como una indicación de que alguien está seguro de sí mismo y controla, mientras que un apretón de manos débil puede ser considerado una señal de una personalidad “floja”, y una palma sudorosa se puede interpretar como señal de nerviosismo

No obstante, todas estas asunciones son generalizaciones. Un hombre muy fuerte puede no apretar la mano de otro hombre con firmeza por temor a causarle dolor, y un artista o cirujano que depende de sus manos para su trabajo quizás no apriete fuerte para protegerse. Del mismo modo, alguien con artritis podría decidir ni ofrecer su mano. Las palmas sudorosas podrían simplemente significar que la persona está pasando calor.



El apretón de manos estándar o igualitario es aquel en el que ambas palmas están en posición vertical y la presión es básicamente la misma en ambos lados. En un apretón de manos igualitario, las manos se aprietan de manera firme pero sin demasiada fuerza. Ambas partes mantienen contacto visual mientras sacuden las manos no más de tres veces. Este apretón de manos demuestra seguridad, pero no arrogancia. Para comunicar además una actitud amistosa y sincera, es importante sonreír.
En el “apretón de manos del político”, una de las dos personas usa las dos manos en lugar de una sola. Mientras se aprieta con la mano derecha, la izquierda envuelve el apretón. Una alternativa a envolver el apretón es descansar la mano izquierda sobre el antebrazo o el hombro de la otra persona. Este apretón de manos generalmente significa sinceridad e interés genuino hacia la otra persona. Este apretón envolvente no es común cuando dos antiguos y queridos amigos se saludan después de mucho tiempo sin verse. En estos casos, un “abrazo de oso” podría seguir al apretón de manos. No obstante, la mayoría nos sentimos incómodos cuando alguien a quien no conocemos muy bien nos saluda de esa manera. Y cuando se hace así, tendemos a pensar que el saludo no ha sido sincero.


Cuando expresamos sentimientos sinceros durante una crisis, la gente no suele darse un apretón de manos. En su lugar, suelen sostener las manos de la otra persona suavemente en las suyas y emplean expresiones faciales apropiadas para comunicar su empatía (figura 3.3). Las palabras sentimentales suelen acompañarse con un abrazo. De esta manera se demuestra a la persona afligida que uno está ahí para apoyarla y que se compadece su situación.



En algunos casos, durante un apretón de manos inicial, la persona puede demostrar sentimientos de superioridad de manera inconsciente. Esto sucede al extender la mano con la palma hacia abajo para que la otra persona tenga que girar la suya hacia arriba de manera sumisa. Y al revés, alguien que está comunicando de manera inconsciente sentimientos de inferioridad ofrecerá su mano con la palma hacia arriba, en lugar de posicionarla verticalmente con la de su interlocutor. Otra variación en la que la mano de la persona acaba encima y la otra abajo es durante un cambio a medio apretón. La persona extenderá su mano y, cogiendo la de la otra persona, girará la suya para que la otra quede directamente por debajo. Este es un sencillo saludo no-verbal que dice, “Aquí mando yo”.


Es importante reconocer diferencias culturales en los apretones de manos. Por ejemplo, los franceses se dan la mano cuando entran o salen de una habitación, mientras que los alemanes tienen costumbre de sacudir la mano una sola vez, en lugar de dos o más veces. Cuando viajas, es una buena idea aprender el apropiado método de saludar para evitar pasos en falso.



Las palmas abiertas indican sinceridad y franqueza. Los niños pequeños muestran sus palmas cuando se sienten orgullosos de algo que han logrado (esas mismas manos se perderán tras sus espaldas cuando se sientan culpables o tengan la incertidumbre de algo). Una palma exhibida indica que se espera algo, ya sea dinero, un objeto o una idea.


Cuando alguien está estresado o se siente cauteloso, podrá apretar las manos, con los dedos ligeramente entrelazados (figura 3.8). Las manos apretadas indican que la persona está intentando suprimir emociones fuertes, normalmente la ira. Un puño cerrado a veces se usa para enfatizar lo que se está diciendo y se puede utilizar durante un discurso motivacional. Algunas personas cierran los puños y los menean por el aire para subrayar una afirmación o expresar fuertes emociones, como cuando se oponen fuertemente. Otras se meten los puños bajo los brazos o en los bolsillos para ocultar lo que sienten. 

Charles Darwin observó que un puño cerrado significa determinación, cabreo y posiblemente acción hostil. También afirmó que este gesto puede incitar a la otra persona a cerrar también sus puños, y que ello puede escalar hasta un argumento acalorado o una pelea.


Si una persona se retuerce y se aprieta las manos (figura 3.10) –en otras palabras, se estruja las manos–, es probable que esté sintiendo ansiedad. Este movimiento está relacionado con el puño cerrado. Alguien que está siendo interrogado sobre asuntos serios, o al que se le requiere que explique sus acciones, a menudo empleará este gesto nervioso, a no ser, claro, que tenga razones para sentirse nervioso.

 Si estás interactuando con alguien que se aprieta o estruja las manos, dale algo para leer o haz algo que le obligue a separarlas. Notarás cómo se suaviza su actitud, y eso te dará la oportunidad de reconducir la situación en tu favor.


El gesto de juntar y tocarse las yemas de los dedos como formando un campanario se puede definir como que alguien “está en su elemento”, como que controla la situación. Cuando este gesto se acompaña con una leve sonrisa –una sonrisita socarrona– sabes que la persona se siente como “el gato que se ha tragado el canario” y no le va a pasar nada. La mayoría de las veces, una persona usa el campanario de manera inconsciente. Sin embargo, también se puede usar conscientemente para comunicar una gran seguridad y autoconfianza.


Señalar con el dedo es un gesto común que se usa para “machacar” o enfatizan algo seriamente. Es un gesto que provoca una reacción defensiva.


Tocar algo o a alguien es una señal de orgullo, de propiedad o de derechos percibidos. También es un gesto de interés, preocupación, cariño, comprensión, empatía, confianza o tranquilidad. Muchos aspectos intensos de una relación amorosa se basan fundamentalmente en el tocamiento. Para determinar las intenciones que motivan el tocamiento de alguien, como sucede con la mayoría de mensajes que tienen que ver con el lenguaje corporal, debemos percibir el panorama completo para comprender lo que significa un tocamiento.


Es bastante fácil percibir lo cómoda que está una persona en una situación dada teniendo en cuenta el alcance de los movimientos de sus brazos. Cuanto menos cómoda, más cortos son los movimientos. Del mismo modo, movimientos expansivos de los brazos indican que la persona está completamente comprometida con lo que está diciendo. Cruzar los brazos sobre el pecho, un gesto universal, es una señal de estar a la defensiva. Las mujeres tienden a cruzarse de brazos en una posición más baja en su torso que los hombres. Los brazos cruzados suelen acompañarse con puños cerrados para reforzar la señal defensiva.


Cuando los hombros están tranquilos y erguidos, y no tensos, indican que el individuo está relajado y seguro de sí mismo. Al contrario, cuando los hombros están inclinados hacia delante, posiblemente con la cabeza agachada, esto sugiere que la persona está derrotada, infeliz, o quizás simplemente fatigada. El clásico encogimiento de hombros (alzando y bajándolos) significa, “Yo qué sé”. A veces esto se ve acompañado por cejas alzadas.


Se puede aprender mucho observando las piernas y los pies de un individuo. De hecho, el lenguaje de las piernas es más fiable que el de cualquier otra parte del cuerpo porque las personas normalmente no piensan lo que están haciendo con las piernas cuando están intentando ocultar cómo se sienten.


Generalmente, las personas que caminan rápido y mueven los brazos libremente tienden a tener un marcado propósito y persiguen algo, mientras que la gente que habitualmente camina con las manos en los bolsillos, sin importar las condiciones atmosféricas, tienden a ser críticos y reservados. Alguien que se siente deprimido podrá también caminar con las manos en los bolsillos, pero en este caso también suele arrastrar los pies y agachar la cabeza. Esta persona tenderá a no levantar la cabeza para confirmar su destino. La persona que camina rápido con ambas manos sobre las caderas normalmente tiene prisa y quiere llegar a su meta lo antes posible.


Alguien que está en proceso de tomar una importante decisión mantiene un paso lento y podrá juntar las manos a su espalda, parándose ocasionalmente a pensar. El individuo que se siente satisfecho y, quizás, algo arrogante, es capaz de mantener la cabeza alta y exagerar el movimiento de los brazos, pavoneando. Su andar pretende causar impresión.



“Marcar el ritmo” es una expresión aplicable a los líderes cuyos subordinados deben caminar rápido para mantenerse a la par. Mantenerse a la par es una señal no-verbal de lealtad, dedicación y compromiso con las metas y los objetivos del líder.


LA FRANQUEZA



Charles Darwin comentó que cuando los animales comunican su sumisión, que es una forma de expresar franqueza, se tumban de espaldas en el suelo ante sus enemigos y exponen la parte blanda de su cuerpo y garganta. Del mismo modo, los humanos suelen demostrar franqueza poniendo las manos a la altura de la cintura y las palmas abiertas hacia arriba. En cierto sentido, las manos abiertas exponen la “parte blanda” de la persona y –junto con la correspondiente expresión facial– comunican un mensaje de honestidad y sinceridad. A veces, expresiones como “No tengo nada que ocultar” acompañan este gesto.
Darwin observó que, a menudo, hasta el animal más hostil se guarda de aprovecharse del que demuestra franqueza. Asimismo, la franqueza en un ser humano alienta una actitud de sinceridad y honradez en los demás.




LA CAUTELA

Frente a los gestos que comunican franqueza se hallan los que defienden el cuerpo o las emociones ante una amenaza de asalto. Sé consciente de que, a veces, si la franqueza se interpreta o maneja mal, puede provocar cautela. la cautela indicada por los brazos cruzados tiende a ser la más fácil de reconocer y la que más suele afectar al comportamiento de los demás.

                El gesto de los brazos cruzados es muy común durante negociaciones cuando alguien está disgustado con lo que está sucediendo. Es importante reconocer este gesto de cautela inmediatamente, comprender lo que lo motiva e intentar neutralizar esa emoción negativa originaria.

                Otra señal de cautela o desinterés es sentarse con una pierna apoyada sobre el brazo de una silla. Aunque a bote pronto esto pueda parecer una posición relajada, generalmente la persona que manifiesta este comportamiento no verbal está demostrando hostilidad o falta de interés por las necesidades de otra persona. Este comportamiento puede indicar un aviso no-verbal de territorialidad y de posicionamiento de poder en la transacción.

Otro gesto común que puede indicar cautela es cruzarse de piernas. Durante la etapa de negociación, mientras se presentan y comentan los asuntos principales, las piernas suelen permanecer en estado normal. Que dos o más personas se crucen de piernas suele indicar el comienzo de un enfrentamiento. Durante periodos en los que los negociadores alcanzan acuerdos, las piernas no se cruzan. Esto se debe a que los participantes están inclinados hacia delante, no solo para acortar la distancia entre sí, sino también para estrechar su posición relativa en los asuntos.





LA EVALUACIÓN


Estos gestos indican ensimismamiento. Existen gestos específicos que comunican que una persona está evaluando lo que se ha dicho, pero estos gestos pueden ser difíciles de detectar si no se es consciente de lo que está sucediendo.
                La cabeza ladeada suele indicar que alguien está escuchando atentamente y evaluando lo que se está diciendo.
“Cuando un estudiante en un aula está realmente absorto en el problema que lleva entre manos, es probable que relaje los hombros, además de los pies, que se revuelva el pelo y haga varias otras cosas no convencionales. Cuando se rompe el hechizo, se incorpora en el asiento, se arregla la ropa y se convierte en alguien socialmente apropiado”. C. H. Woolbert


El pensador es un ejemplo clásico de alguien que está ensimismado y busca la solución a un problema. Esta pose, o alguna variación de ella, suele emplearse en la vida real e indica que una persona está evaluando algo que encuentra difícil o desconcertante.              
                                                               
En reuniones de negocios formales, la gente no suele quitarse las chaquetas cuando se prepara para sentarse a una gran mesa de conferencia, pero el hecho de dejarse la chaqueta desabrochada o no puede comunicar de manera no-verbal su franqueza o su actitud defensiva. Cuando la persona se siente inclinada a la amistad, relajada y cómoda, tiende a desabrocharse la chaqueta. Si la lleva desabrochada y alguien dice algo que le disgusta, podrá abrochársela de nuevo y cruzarse de brazos. Los que llevan la chaqueta desabrochada tienden a involucrarse más en la discusión y normalmente se inclinan hacia delante con los brazos y los codos sobre la mesa. Los que permanecen con la chaqueta abrochada y mantienen una posición más rígida y vertical, a veces con los brazos cruzados, tienden a participar menos.



 Cuando los asistentes a una reunión comienzan a hablar de asuntos que son comunes a todos los presentes y parece que han alcanzado un posible acuerdo en principio, comienzan a despojarse de las chaquetas. Esta es una señal de que la negociación está tomando una dirección positiva. Al contrario, si la gente sigue con la chaqueta puesta, probablemente la reunión va en dirección negativa.
Una persona puede demostrar un cluster de gestos de evaluación crítica cuando se lleva la mano a la mejilla, apoya el mentón en el pulgar y extiende el índice sobre el lado de la cara, con los demás dedos en abanico por debajo, hacia la boca. Esta persona no solo está evaluando lo que se dice, también está analizando las ideas que se le presentan.



Otro gesto de evaluación crítica es tocarse la barbilla o, en el caso de los hombres con barba, acariciársela. Este gesto de “déjame que lo piense” suele aparecer cuando una persona se halla en situación de tomar una decisión. Una expresión facial común asociada con este gesto es entrecerrar los ojos ligeramente, como si la persona en cuestión estuviese intentando ver otra posibilidad más favorable a su problema o duda.



Otra importante indicación de que alguien está evaluando algo de lo que se ha dicho es que se levante y comience a pasear por la habitación en la que se halla. Muchas personas usan esta actividad porque piensan mejor de pie. Suele ser un gesto positivo, así que si notas que alguien se levanta y comienza a pensar paseando, guarda silencio y espera a que diga algo. No le interrumpas, ya que podrías evitar que el individuo tome una decisión, o haga una oferta. Este es un ejemplo clásico de cómo algunos negociadores actúan en contra de sus propias necesidades al no saber permanecer callados.


Un buen agente comercial aprende enseguida a tener paciencia mientras un cliente potencial se pone a pasear, porque sabe que es una señal de que está a punto de tomar una decisión.



Cuando una persona se pellizca el puente de la nariz, suele estar comunicando que está preocupada y absorta pensando en una decisión que debe tomar. Una variación de este gesto es cuando alguien que está experimentando un gran conflicto interno baja la cabeza y se pellizca la nariz. Es casi como si estuviera considerando si todo esto fuera real o quizás una pesadilla. En la mayoría de los casos, la persona también cierra los ojos. Este gesto podría indicar serias dudas internas. Por ejemplo, un abogado observó que un juez en particular usaba este gesto cuando no tenía claro si el acusado era culpable o inocente. De hecho, si el juez hubiera creído firmemente en la culpabilidad del reo, este gesto no se habría dado en su lenguaje corporal.



Otro gesto común de evaluación es bajarse las gafas sobre la nariz y mirar por encima de la montura a la persona que está hablando. El que percibe este gesto podría sentir que está siendo cuidadosamente evaluado. Si resulta que este es uno de los gestos que tú mismo utilizas, ten en cuenta que puede tener un efecto negativo sobre los demás. Fíjate si es así, y elimínalo en ese caso.



Otro gesto que utilizan las personas que llevan gafas es la pausa de procrastinación, que les permite más tiempo para pensar. Esto sucede cuando la persona se quita las gafas y, lenta y deliberadamente, se limpia las lentes. El gesto de pausa se puede hacer en silencio o mientras esa persona sigue hablando tranquilamente. Hay personas que han hecho de este gesto un verdadero arte y suelen usarlo durante periodos de confrontación para calmar el ambiente o quizás “comprar tiempo” y retrasar sus decisiones. Una acción similar es quitarse las gafas e insertar el extremo de la patilla en la boca o cerca de los labios. Esto indica que la persona está tomándose tiempo para pensar y evaluar lo que se está diciendo.

DESCONFIANZA, INCERTIDUMBRE,
 HERMETISMO Y DUDA


Los gestos que indican que una persona está siendo sigilosa o no del todo honesta a veces son considerados gestos “de mano izquierda”, porque a menudo se lleva la mano izquierda a la cara. Otra señal de que alguien está siendo sigiloso o insincero es cuando evita el contacto visual. Cuando intentas establecer contacto visual con una persona que está siendo completamente franca, esta tiende a apartar la vista.

                No obstante, hay que tener en cuenta que muchas personas hacen un esfuerzo consciente de mantener el contacto visual cuando mienten porque comprenden que la falta de contacto visual las puede delatar. Si sospechas que alguien te está mintiendo, observa cualquier anormalidad en los niveles de contacto visual, porque demasiado contacto visual puede indicar tanta falsedad como demasiado poco contacto.

                Cierta parte de lo que decimos a otras personas podría ser recibido con desconfianza, sospechas, incertidumbre y/o rechazo. El cluster de gestos más evidente cuando las personas albergan estos sentimientos es que se cruzan de brazos y/o piernas, se apartan ligeramente o se giran de lado, exponiendo el hombro en lugar del cuerpo entero, lo que acompañan con una mirada de soslayo. Si el individuo lleva gafas, podrá agachar la cabeza ligeramente para mirarte por encima de la montura.

                El gesto de tocarse la nariz, una clásica expresión de duda. En general, una persona se tocará la nariz cuando no esté segura de si debe decirte algo, o cuando tiene alguna duda sobre algo que le acabas de contar. (Ten en cuenta, no obstante, que este gesto también puede indicar desconfianza, incertidumbre o una actitud defensiva). La persona que se rasca la nariz lo hará de manera contundente, mientras que la persona que duda o quizás está mintiendo se la tocará con mayor suavidad. Adicionalmente, la persona que tiene dudas o está mintiendo podrá realizar otros gestos, como cruzarse de brazos y girarse de lado hacia ti. También podrá empezar a parpadear rápido.

                Otros dos gestos relacionados que también indican duda son el de frotarse el interior o exterior de la oreja con el índice y el de frotarse un ojo.

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